En el competitivo mundo empresarial de hoy en día, la mejora continua en la empresa se ha convertido en una necesidad imperante para lograr el éxito sostenible. Las empresas deben adaptarse constantemente a cambios en el entorno, innovar en productos y servicios, y optimizar sus procesos internos para mantenerse a la vanguardia. Debe capacitar a su personal para que pueda adaptarse a las nuevas demandas convenientemente. Todo eso supone trabajar en su transformación digital y para hacerlo de forma conveniente las empresas deben contar con un presupuesto anual adecuado adaptado a sus características y necesidades.
La transformación digital no finaliza tras un estudio previo, una consultoría o una implementación concreta. La transformación digital es un proceso de mejora continua dentro de la empresa y debe ser considerada como un motor de competitividad, ya que es un proceso constante y progresivo que busca la optimización de todos los aspectos de la empresa. Este es un enfoque que fomenta la innovación, la eficiencia y la calidad en todos los niveles organizativos. Como ya sabemos en un mundo empresarial cada vez más dinámico, las empresas que se estancan corren el riesgo de quedar rezagadas y perder competitividad.
Sin embargo, es crucial comprender que esta mejora continua no puede depender únicamente de las subvenciones disponibles para invertir y que la tecnología o los diferentes software no son solo las únicas inversiones que las empresas deberían tener previstas en sus presupuestos anuales. Si nos fijamos en micropymes y autónomos, muchos no cuentan con presupuestos anuales en los que se recoja una partida presupuestaria, mayor o menor en función de sus características, pero si un presupuesto dedicado para invertir en su mejora continua, en su transformación digital.
Además, la inversión no solo debe dirigirse hacia la tecnología, sino también hacia los procesos y la capacitación de las personas que forman parte de la empresa. Las empresas deben superar la dependencia de las subvenciones llámense Kit Digital o cualquier otra. Si bien es cierto que las subvenciones pueden proporcionar un impulso financiero valioso para la implementación de tecnología como es el caso del kit digital, estas no deberían ser la única fuente de inversión.
Un ejemplo de que mal enfocado las subvenciones son una limitación e incluso nos atrevemos a decir un freno, son aquellas empresas que estamos recogiendo en AKAMMEDIA, que ya han utilizado su bono digital para por ejemplo hacer una web. Como la partida presupuestaria subvencionada para este concepto son 2.000€ han empresas que han elegido a aquellos agentes digitalizadores que se ciñeran a este presupuesto en la realización de una web o una tienda online ¿El resultado? Insatisfacción por parte de estas empresas ya que de ningún modo han logrado resolver sus necesidades. Es tan solo un ejemplo de fácil compresión.
Depender exclusivamente de las subvenciones para realizar mejoras en la empresa limita la capacidad de adaptación y crecimiento. Es fundamental que las empresas busquen fuentes alternativas de financiación y sobre todo se enfoquen en generar ingresos propios, para asegurar la sostenibilidad de sus iniciativas de mejora continua. Ingresos propios generados a través de la comercialización como fuente presupuestaria de inversión y mejora continua que se reserva de forma anual. Una receta sencilla válida tanto para pequeños autónomos como para pymes. Esto ayuda a ser menos dependientes, menos vulnerables y potencia la competitividad de las empresas. Las subvenciones deben ser solo son un impulso, no la única fuente de mejora de la empresa.
Mejora continua en la empresa: Inversión en Tecnología, Procesos y Personas
Para la transformación digital de la empresa no solo se debe invertir en tecnología. Si bien las herramientas y sistemas tecnológicos pueden impulsar la eficiencia y la productividad, no se deben descuidar otros aspectos igual o más importantes en función de las características de las empresas. La inversión en procesos internos sólidos y eficientes es fundamental para realizar una buena gestión, reducir costes y aumentar la productividad. Además, es vital invertir en la capacitación y desarrollo de las personas que integran la empresa. Las habilidades y conocimientos actualizados son indispensables para adaptarse a los cambios del mercado y que las empresas se mantengan competitivas.
Establecer una cultura de aprendizaje y adaptabilidad, promueve entre los trabajadores una mentalidad abierta al cambio, fomenta la colaboración y el intercambio de conocimientos. Reconocer y recompensar las contribuciones individuales y de equipo a la empresa motiva a los trabajadores. Al crear un entorno que valora y respalda la mejora continua, las empresas pueden cultivar una ventaja competitiva sostenible que frene por ejemplo la fuerte rotación de personal que sufren muchas empresas, enfocándonos en aquello que las empresas si podemos controlar. Está claro que en Ibiza y otras zonas tensionadas, el tema de la vivienda es uno de las principales problemáticas en la captación y retención del talento, pero tampoco debemos obviar aquello que las empresas si podemos controlar.
Si tu empresa depende en exceso de las subvenciones para las inversiones, te recomendamos que en tu presupuesto para 2024 comiences a incluir un porcentaje dedicado a la transformación digital, a la mejora continua de tu empresa.